Trabajo
Practico De Educación Física.
Violencia
En El Deporte.
Alumna:
Jazmín Milagros Echeverria Blanco.
Curso:
2ª 4ª
VIOLENCIA EN EL DEPORTE
En la actualidad la violencia se hace presente en
diferentes actos de la vida humana, como por ejemplo en las relaciones
laborales, familiares, personales, etc., con lo que se hizo inevitable su
aparición en el deporte, una de las actividades más importantes de la vida
contemporánea.
Para
comprender este fenómeno, creemos conveniente aclarar el concepto de violencia:
“El uso
deliberado de la fuerza física o el poder, ya sea en grado de amenaza o
efectivo, contra uno mismo, otra persona o un grupo o comunidad, que cause o
tenga muchas probabilidades de causar lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos
del desarrollo o privaciones[1]”.
Clasificación de la violencia:
Violencia autoinfligida: La
violencia autoinfligida comprende el comportamiento suicida y las autolesiones.
El primero incluye pensamientos suicidas, intentos de suicidio también llamados
“para suicidio” o “intento deliberado de matarse” en algunos países y suicidio
consumado. Por contraposición, el auto maltrato incluye actos como la
automutilación.”
Maltrato
a los mayores: el maltrato de los ancianos consiste en realizar un acto
único o reiterado o dejar de tomar determinadas medidas necesarias, en el
contexto de cualquier relación en la que existen expectativas de confianza, y
que provocan daño o angustia a una persona mayor”. Por lo general, el maltrato
se clasifica en las categorías siguientes:
• Maltrato
físico: causar dolor o lesiones, ejercer coerción física o restringir la
libertad de movimientos mediante la fuerza o el uso de drogas.
• Maltrato
psíquico o emocional: infligir sufrimiento psíquico.
• Abuso económico o material: explotar a una
persona mayor o hacer uso de sus fondos o recursos en forma ilícita o indebida.
• Abuso sexual: mantener contacto sexual no
consentido de cualquier tipo con una persona mayor.
• Descuido: negarse a cumplir con la obligación de
atender a una persona mayor, o no cumplirla. Esto puede entrañar o no la
tentativa, consciente e intencional, de causar sufrimiento físico o emocional a
la persona mayor.
Maltrato al menor: El maltrato de menores abarca
todas las formas de malos tratos físicos y emocionales, abuso sexual, descuido
o negligencia o explotación comercial o de otro tipo, que originen un daño real
o potencial para la salud del niño, su supervivencia, desarrollo o dignidad en
el contexto de una relación de responsabilidad, confianza o poder.
Violencia Juvenil: Los
adolescentes son la población más afectada por todo tipo de violencia.
Esta no sólo se limita a la agresión física, sino que también incluye el abuso
sexual, verbal y emocional y el abandono. Al mismo tiempo, se ve a menudo
influenciada por los mensajes agresivos y violentos producidos por los
medios de comunicación masiva. Además de ser las víctimas más usuales,
los jóvenes son quienes con mayor frecuencia ejecutan actos
violentos. Las características individuales, experiencias familiares, el acceso
a armas de fuego, alcohol, drogas, violencia política y social afectan con más
frecuencia a este grupo de edad, principalmente a los varones. Estas conductas
son aprendidas y con frecuencia se originan en un ambiente familiar violento.
Lesiones por tragedias en el
tránsito: Se refiere a todo evento que genere pérdidas materiales, muerte o
lesiones a personas involucrando cualquier tipo de vehículo de motor en
movimiento.
Violencia colectiva: La violencia colectiva se subdivide
en violencia social, violencia política y violencia económica.
A diferencia de las otras dos categorías generales, las
Subcategorías de la violencia colectiva indican los posibles motivos de la
violencia cometida por grupos más grandes de individuos o por el Estado.
La violencia colectiva infligida para promover intereses sociales sectoriales incluye, por ejemplo, los actos delictivos de odio cometidos por grupos organizados, las acciones terroristas y la violencia de masas.
La violencia política incluye la guerra y otros conflictos violentos afines, la violencia del Estado y actos similares llevados a cabo por grupos más grandes.
La violencia económica comprende los ataques por parte de grupos más grandes motivados por el afán de lucro económico, tales como los llevados a cabo con la finalidad de trastornar las actividades económicas, negar el acceso a servicios esenciales o crear división económica y fragmentación.
Violencia interpersonal: la violencia Interpersonal se divide en dos Subcategorías:
La violencia colectiva infligida para promover intereses sociales sectoriales incluye, por ejemplo, los actos delictivos de odio cometidos por grupos organizados, las acciones terroristas y la violencia de masas.
La violencia política incluye la guerra y otros conflictos violentos afines, la violencia del Estado y actos similares llevados a cabo por grupos más grandes.
La violencia económica comprende los ataques por parte de grupos más grandes motivados por el afán de lucro económico, tales como los llevados a cabo con la finalidad de trastornar las actividades económicas, negar el acceso a servicios esenciales o crear división económica y fragmentación.
Violencia interpersonal: la violencia Interpersonal se divide en dos Subcategorías:
La violencia
familiar o de pareja: esto es la violencia que se produce sobre todo
entre los miembros de la familia o de la pareja, y que por lo general, aunque
no siempre, sucede en el hogar.
Violencia comunitaria: es la que se produce entre personas que no guardan parentesco y que pueden conocerse o no, y sucede por lo general fuera del hogar.
En el primer grupo se incluyen formas de violencia, como el maltrato de los menores, la violencia contra la pareja y el maltrato de las personas mayores. El segundo abarca la violencia juvenil, los actos fortuitos de violencia, la violación o ataque sexual por parte de extraños y la violencia en establecimientos como escuelas, lugares de trabajo, estadios de fútbol, prisiones, y hogares de ancianos.”
Violencia comunitaria: es la que se produce entre personas que no guardan parentesco y que pueden conocerse o no, y sucede por lo general fuera del hogar.
En el primer grupo se incluyen formas de violencia, como el maltrato de los menores, la violencia contra la pareja y el maltrato de las personas mayores. El segundo abarca la violencia juvenil, los actos fortuitos de violencia, la violación o ataque sexual por parte de extraños y la violencia en establecimientos como escuelas, lugares de trabajo, estadios de fútbol, prisiones, y hogares de ancianos.”
A continuación
explicaremos a que clasificación pertenece la violencia en el fútbol.
Incluimos a la
violencia en el fútbol dentro de la Violencia Colectiva ,
y dentro de la misma en la
Violencia Social. El fundamento a esta afirmación radica en
el concepto explicitado de Violencia Social, ya que definimos a la violencia en
el fútbol como actos delictivos cometidos por grupos organizados y como
violencia de masa.
A su vez
también se encuentra dentro de la Violencia Interpersonal ,
dentro de la misma en la Violencia Comunitaria ya que en la violencia en
el fútbol se producen agresiones a personas que no guardan parentesco y que
pueden ser conocidas o no por los agresores, generalmente este tipo de
violencia sucede en establecimientos como escuelas, lugares de trabajo,
estadios de fútbol, etc.
Cuando hablamos de deporte hacemos referencia a la
“práctica metódica de ejercicio físico[2]”.
Además este concepto trae aparejado la existencia de valores necesarios como la
lealtad, solidaridad, auto superación, etc.
La violencia en el deporte ha existido siempre
pero en los últimos años su aumento fue desmedido y el grado de violencia, en
estos casos, es extremo.
Para poder introducirnos en la problemática de la
violencia en el deporte debemos clasificarlos:
Deporte Educativo: se lleva a
cabo dentro del horario y en instalaciones escolares, formando parte de los
contenidos de la educación física, dirigido por profesionales.
Deporte Recreativo: con una
finalidad de diversión y pasatiempo para sus participantes.
Deporte Competitivo: practicado de
manera sistemática y organizada, a través de federaciones y clubes, buscando
resultados o triunfos como objetivo final.
Deporte Competitivo-Espectáculo: donde esta
práctica va unida a un sinnúmero de factores, ya sean económicos, políticos,
sociales, que lo convierten en el centro de atención, desplazando a los
anteriormente citados en cuanto a su trascendencia social e influenciándolos en
lo referido a la creación de estereotipos y transmitiendo valores discutidos en
cuanto a sus ventajas inconvenientes[3].
Consideramos a la violencia en el deporte como una
problemática muy abarcativa, es por eso que a lo largo de esta monografía nos
especificaremos sobre la violencia en el fútbol.
Cuando hacemos referencia al fútbol, nos referimos
al “deporte practicado por dos equipos de once jugadores cada uno, en el que
éstos intentan con los pies enviar el balón hacia la portería, sin intervención
de las manos y siguiendo determinadas reglas[4]”.
Es importante destacar por qué consideramos a la
violencia en el fútbol como un problema, más exactamente, un problema social.
El fundamento a esta afirmación lo encontramos en
las causas y consecuencias de este fenómeno. Ambos, causas y consecuencias,
nacen y repercuten en la sociedad, parte de la sociedad provoca, incentiva y
concreta la violencia, y sus consecuencias vuelven a los generadores, es decir,
es una relación de ida y vuelta, aunque en muchos casos las consecuencias
también las sufren personas que se encuentran al margen de la violencia en el
fútbol, tan solo por ser éstas partícipes de la sociedad.
Con respecto a los resultados de los
comportamientos violentos, podemos afirmar que la mayoría son físicos
(agresiones y muerte) y económicos. También
destacamos las consecuencias en la integridad de las personas
involucradas, a lo que se le suma la pérdida del verdadero sentido de este
deporte recreativo, competitivo-espectáculo, el fútbol, según la clasificación
anteriormente nombrada.
En la actualidad encontramos un grupo de personas,
bastante numeroso, que no posee valores, que los ha perdido y que incentiva a
otros para que los pierdan. El egoísmo, la violencia, el individualismo y
varios antivalores más se apoderaron de muchos ciudadanos.
Por todos estos motivos afirmamos que la VIOLENCIA EN EL
FÚTBOL ES UN PROBLEMA SOCIAL.
La violencia en el fútbol es un problema muy
complejo, por lo que los responsables del mismo son muchos.
Comenzaremos atribuyéndole el mayor grado de
responsabilidad de esta problemática a los barras bravas. Como segundo
responsable encontramos a los dirigentes futbolísticos, siguiéndole a los
mismos las autoridades públicas (policías), luego la Asociación de Fútbol
Argentino (AFA), los jugadores, técnicos y árbitros, seguido de la prensa,
y por último la responsabilidad estatal
y de la sociedad en general.
Muchas veces la AFA sostuvo que la culpa de la inseguridad en los
estadios debería caer en sus respectivos clubes; ya que ésta “se ocupa del
fútbol y no de la seguridad” (testimonio de Julio Grondona), pero ni las
entidades organizadoras, ni la asociación de clubes asumieron jamás la
responsabilidad que les cabía para poner fin a las barras bravas y a la
violencia en el fútbol.
En estos
organismos esenciales, como la AFA ,
la falta de autoridad en la política de los dirigentes hace que, por temor o
por conveniencia individual, no denuncien a los barras bravas en caso de
violencia.
Todos estos hechos de violencia obligan a
reflexionar y a encontrar medidas adecuadas, creativas e inmediatas para que
este fenómeno no siga cobrándose vidas o daños irreparables.
En la actualidad no se podrá solucionar esta
problemática si los dirigentes del fútbol, las autoridades públicas y las
fuerzas policiales no acompañan con su accionar la tarea de erradicar la
violencia en este deporte. La AFA tiene el deber de preocuparse en grado
extremo por la seguridad de las personas que asisten al espectáculo del fútbol;
pero es necesario destacar que los numerosos acontecimientos de violencia que
existen en la actualidad no pueden pasar desapercibido para dirigentes
prudentes y razonables.
Árbitros, también generadores de violencia
Nombrados los responsables debemos atribuirles a los
árbitros la cuota de responsabilidad que poseen dentro de la violencia en le
fútbol.
En muchos episodios la falta de ética profesional,
ya sea por beneficios económicos o cuestiones personales, causa un sentimiento
de tensión en los espectadores y genera comportamientos violentos,
especialmente en los barra bravas, dentro del estadio o finalizado el partido,
fuera de las instalaciones.
Anteriormente nombramos la decadente realidad de
la función que cumplen los árbitros y
como cooperan en el fenómeno de la violencia en el deporte.
La función ideal o el deber del arbitro dentro de
la cancha es fundamental, es él el encargado de hacer cumplir las reglas del
juego y por este motivo debe reglarse éticamente.
El árbitro no debe mantener relaciones (personales)
con jugadores, directores técnicos o persona del ambiente.
Tampoco debe aceptar ningún tipo de soborno y en
caso de ofrecimiento, denunciarlo inmediatamente.
El rol de la prensa
Los medios de comunicación cumplen un rol
fundamental en el ámbito del deporte. El fútbol, un consumo de masas, nació
casi simultáneamente con el periodismo deportivo, lo que significó un mayor
número de lectores que esperaban ansiosos las noticias de su equipo, siendo el
trabajo de periodistas muy valorado y respetado.
En un
primer momento, los hinchas sólo aparecían como marco del espectáculo, sin
embargo, esto ha cambiado notoriamente en los últimos años: los encargados de
la sección de deportes en los diarios y programas y televisivos han visto la
necesidad de incluir noticias sobre casos de violencia en el fútbol en sus
páginas e informes. Esto se debe en gran medida a que los partidos que son
suspendidos quedan en resultados indefinidos e injustos porque no fue cumplido
el tiempo reglamentario, también porque deben ser analizadas infracciones
dudosas sancionadas por árbitros y que pueden modificar el resultado de un
partido y definir el futuro de un equipo y sus jugadores, o porque los clubes a
veces reciben sanciones económicas y deportivas
por organismos como la AFA.
Estas , entre otras cuestiones, deben ser crítica y
continuamente analizadas con profundidad y responsabilidad por periodistas, ya
que éstos tienen las herramientas para poder mostrar valores como la
honestidad, el respeto y el compromiso a todos los oyentes y lectores.
El
problema está cuando esto no ocurre y cuando algunos periodistas, comentaristas
y locutores se convierten en otro de los eslabones que conforman las causas de
la violencia en el fútbol. Existen casos en los que estos comunicadores reciben
dinero de jugadores, dirigentes y políticos para que hablen a su favor, o lo
que es peor, en contra de otros. Esto es lo que muchas veces genera que los
hinchas y barra bravas, convencidos de que lo que se dice es verdad, se
comporten de manera violenta y creen rivalidades inexistentes con otras
hinchadas, jugadores, árbitros, etc., lo que se ve claramente en los insultos.
La “bronca” también se produce cuando los periodistas utilizan calificativos
como “inadaptados”, “enfermos” al referirse a barra bravas y/o hinchas
violentos, dejando a la luz la falta de ética y de capacidad de realizar
análisis crítico que hoy se requiere de cualquier profesional.